viernes, 28 de diciembre de 2012

El hombre que rechazó cantar en Led Zeppelin y Deep Purple y acabó con DJ Shadow





Hay una honestidad moral en Terry Reid que le hace un personaje a reivindicar. En una entrevista de hace un par de años en la revista inglesa Uncut dijo: “Prefiero estar rodeado de gente real para experimentar cómo es. Si vives en una granja en la frontera mexicana, nadie sabe quiénes son Led Zeppelin”. Y tiene toda la razón. Reid es uno de esos casos que a periodistas y aficionados nos gusta señalar como de “rockeros con mala suerte”. Algunos van más allá: “el músico con peor suerte de la historia del rock”. Lo paradójico es que él, con 63 años, considera que ha sido relativamente feliz.

Ocurrió a mediados de los sesenta. Reid se había forjado una reputación en Inglaterra (nació en la pequeña localidad inglesa de Huntingdon en 1949) como cantante personal, con un estilo poco habitual en la época, extasiado y desgarrado, como una versión masculina de Janis Joplin. Formó parte de The Jaywalkers, con quienes fue telonero de estrellas de la época como Ike & Tina Turner, los Rolling Stones o los Yardbirds. Años después recordaba el trauma que le creó girar con los Stones durante tres semanas: “No escuché tres acordes seguidos. Sólo oía los gritos de las chicas. Se creaba un ambiente a punto del disturbio. Al final de la noche, me preguntaba: ‘¿Cómo puedo salir de aquí?”. La introspección y el espíritu libre de Reid no estaban hechos para los tópicos histéricos del rock and roll. Pronto empezó una carrera en solitario.


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Jimmy Page, guitarrista en aquella época de los Yardbirds, estaba seducido por la forma de cantar de Reid. Cuando, en 1968, Page abandona los Yardbirds y decide montar su banda tiene claro que su candidato a vocalista es Reid. Lo cuenta el protagonista: “Jimmy quería poner en marcha un grupo y quería que yo fuera el cantante. Entonces le pregunté: ‘¿Dónde está la banda?’. Pero no había grupo. Él solo estaba imaginando lo que deseaba hacer”.

Cuando Jimmy Page fantaseaba con su futura banda lo hacía con Reid al frente: un tipo melenudo y fibroso extrayendo de su diafragma lamentos llenos de blues. Un cantante potente y sexual. También pensó en Steve Winwood y a Steve Marriott, pero su favorito era Reid, que le dijo: “Ahora tengo prevista hacer una gira por Estado Unidos de telonero de Cream, así que si quieres esperar a que vuelva me parece bien”. Lo explica Reid: “Estaba agradecido por el interés de Jimmy, pero quería hacer esa gira, no podía esperar”.

Page tampoco podía esperar. “Quiero poner en marcha algo ahora”, le dijo a Reid. ¿Sabéis entonces lo que hizo el alma generosa de Reid? Recomendó a Page un cantante y un batería que él conocía de una banda llamada Band of Joy. Acertaste: Robert Plant y John Bonham. Si lo miramos desde un punto de vista conceptual podríamos decir que Reid ayudó notablemente a formar Led Zeppelin. Él intuía lo que Page buscaba, algo así como la conjunción perfecta de cuatro músicos para crear una banda agresiva y majestuosa. Plant era un gran cantante, pero su potencial se veía ampliado con la violenta y rítmica pegada de Bonham.
Reid dejó pasar ese tren. Habría más. Como el de Spencer David Group, que rechazó de nuevo para conservar su integridad, ya que la banda buscaba un nuevo Steve Winwood. Más de 20 años después debió de pensar que tampoco era tan grave grabar temas de la Spencer David Group: versionó el clásico Gimme some lovin para la banda sonora de Días de trueno, con Tom Cruise. Es una revisión olvidable, pero le reportó algunos dólares.

Pero estamos a finales de los sesenta. Nuestro hombre confiaba ciegamente en su indudable talento. Recibió una nueva llamada, esta vez de Deep Purple, posteriormente pieza básica del rock duro. El cantante, Rod Evans (prometo dedicar una entrada a este otro perdedor del rock), acababa de dejar el grupo. Reid nuevamente rechazó la propuesta y Blackmore fichó a Ian Gillan. ¿La razón? Siempre la misma: “La gente me dice que podría haber sido Robert Plant o Ian Gillan, pero yo quería ser Terry Reid. Canto, toco la guitarra y escribo canciones. Quería desarrollarme como artista”. Era evidente que los egos de Jimmy Page y Ritchie Blackmore no iban a permitir que otro les hiciera sombra.

¿Y qué fue de Reid? Desarrolló una carrera muy rica creativamente (sobre todo hasta mediados de los setenta), pero poco vendedora. Al menos tres de sus discos son de recomendable escucha: Bang, bang you’re Terry Reid (1968), River (1973) y Seed of memory (1976). Aunque poco valorado, a mí me gusta también Rogue waves (1979), su álbum AOR, a la desesperada, enfocado para sonar en las FM (no lo consiguió), un trabajo que ha ganado con el paso del tiempo.Tampoco tuvo suerte con los managers (asunto recurrente en el rock). Le tocó Mickie Most, socio del tiburón Peter Grant (representante-mano-de-hierro de los Zeppelin), que le hizo la vida imposible con continuos asuntos legales.

Con algún pico de popularidad (tampoco para arreglar económicamente su vida), como aquel Gimme some lovin de Días de trueno, Reid ha vivido modestamente los últimos 20 años en su granja en la frontera entre California y México. Actúa en pequeños clubes donde se reúnen turistas ignorantes de su leyenda con melómanos rendidos a su voz. Como algunos compañeros músicos. Por sus discretos conciertos han pasado estrellas como el stone Keith Richards o Roger Daltrey, de los Who, que se unen a él en el escenario. Momento realmente emotivo fue cuando se pasó por una de las actuaciones Robert Plant y cantaron juntos. Una pena que no conste vídeo del encuentro. Eso sí, parece que no interpretaron temas de Led Zeppelin. Lleva años sin publicar álbumes con canciones nuevas, pero sí edita sus conciertos. El último, este mismo 2012, Live in London.

Uno de los grandes fans de Reid es Bernard Fowler, al que reconocerás si has asistido a algún concierto de los Stones en los últimos 20 años, ya que siempre les acompaña en los coros. Aquí puedes ver a Reid con Fowler:





Últimamente, Reid está siendo reivindicado por músicos jóvenes. Como Jack White, que realizó con sus Raconteurs una salvaje versión del tema de Reid
Rich kid blues (título, por cierto, que le pega a White).





La última reivindicación de Reid es sorprendente: un primer espada de la electrónica de élite, el californiano DJ Shadow, le recluta para cantar su celebrado Listen. Aquí puedes ver el vídeo y escuchar la buena forma en la que se encuentra la leyenda británica:




Este vídeo es de 2012, de hace pocos meses. Finalmente, y después de 45 años, Terry Reid va a enterrar su leyenda de “hombre con peor suerte del rock” para convertirse en el “sesentón más moderno del pop”. No me digáis que no tiene su gracia… 


En este vídeo de 1969 se puede ver el estilo de Reid en su mejor época. Ni es Robert Plant ni es Janis Joplin, pero se parece a una combinación de los dos:












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