viernes, 11 de enero de 2013

Música en las novelas: Cannonball Adderley en ‘Ciudad abierta’, de Teju Cole



Esta sección (Música en las novelas) es una forma de reivindicar las sonoridades dentro del relato, casi nunca puestas a la ligera por los autores. También es una oportunidad para recomendar libros interesantes. Consiste en rastrear la más mínima referencia musical en las novelas. Ahí vamos.

Primero decir que Ciudad abierta (2012, Ed. Acantilado) es la primera novela de Teju Cole, autor nacido en Estados Unidos aunque creció en Nigeria, de donde son sus padres. Cole, de 37 años, vive desde hace tiempo en Nueva York, y es esta ciudad una de las grandes protagonistas de la novela, cuyas calles recorre el protagonista con unos meticulosos apuntes cartográficos. Es un relato deliciosamente escrito, original y de cierto grado intelectual, aunque Cole se encarga de que el lector no lo note (o no lo sufra).



La música está presente en buena parte del libro. Casi desde el principio, cuando en su primer paseo por Manhattan el protagonista entra en la desaparecida y añorada tienda de discos Tower Records, donde se nutre de su gran pasión: la música clásica. Mahler, Chopin, Schubert, Beethoven y otra vez Mahler, con quien arranca y termina la novela.

Un personaje inesperado introduce el jazz, concretamente al fundamental saxofonista Cannonball Adderley. En Ciudad abierta descubrimos que Adderley tenía “la tensión alta” y que le “gustaba presentar a gente”. A quién. A grandes como Chet Baker, Art Blakey, Bill Evans… Este personaje recomienda al protagonista la escucha del disco Som
ethin’ else, absoluta obra maestra del jazz. Grabado en Nueva York en 1958 reúne a un all stars del jazz de la época: nada menos que Miles Davis a la trompeta, Hank Jones con el piano, Sam Jones al bajo y el citado Art Blakey con las baquetas.

 



A pesar de ser un álbum de Adderley, hay especialistas que atribuyen Somethin’ else a Miles Davis, por la constante presencia de su trompeta. No estoy de acuerdo. Adderley invitó a Miles sabiendo que le quitaría protagonismo, pero aceptando el reto. El saxo de Cannonball suena elegante, omnipresente, autoritario y sobrado de swing en las seis piezas del álbum. Algunos datos más de Cannonball, que no aparecen en la novela: que llegó a Nueva York en 1955, meses después del fallecimiento Charlie Parker y le nombraron su sucesor; que en los sesenta experimentó con el jazz progresivo y con el funk; que lo de Cannonball viene por su gula (es una derivación de “cannibal”); que gran parte de su carrera estuvo acompañado de su hermano, el solvente cornetista Nat Adderley; y que (esto sí lo apunta Ciudad abierta) murió joven, a los 46 años, en 1975, de un derrame cerebral.

Discos imprescindibles de este gigante son el citado Somethin’ else (1958), la reunión de dos colosos en Cannonball & Coltrane (1959) y Jazz Workshop Revisited, grabado en 1963 en formato de sexteto y con la compañía de otro titán, el saxofonista y flautista Yusef Lateef.

Todavía dentro del jazz, el libro cita el club Iridium, en Broadway con la 51. Y fuera del jazz hay pequeñas referencias al dios de la música africana, Fela Kuti (los padres de Teju Cole son nigerianos, como Fela, y el escritor creció en esas tierras), los zombis del vídeo de Thriller de Michael Jackson y una sombra de plagio de Elton John: su Abide with me se inspira sospechosamente en la Novena Sinfonía de Mahler. Te pilló Cole, Elton.

Todas estas músicas no hacen sino enriquecer la lectura del libro.

Para terminar os dejo este vídeo que recoge una actuación de 1963 del sexteto de Cannonball, de la época del disco Jazz Workshop Revisited. No os perdáis la presentación de la banda, con la ternura con que habla Adderley de todos, especialmente de Yusef Lateef:



 





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