Las mejores canciones de los peores discos de los Rolling Stones

Keith Richards baja del avión privado de los Stones en los setenta. Foto: Ethan Russell. www.rollingstones.com

En su medio siglo de existencia los Rolling Stones han grabado 22 discos de estudio (aunque esta cifra se altera si se tienen en cuenta los álbumes que publicaron específicamente para el mercado americano). Entre ellos se encuentran obras geniales, otras no tanto y, algunas, directamente mediocres. Pero incluso en estas últimas se puede encontrar una perla rebuscando entre la maleza. En estas canciones hemos querido fijarnos. He aquí nuestra lista de las mejores canciones dentro de los peores discos de los Stones. No se incluyen ni recopilatorios ni trabajos en vivo.


- Fool to cry, de Black and blue (1976)
Se incluye Black and blue en esta lista de los peores discos de los Stones casi a regañadientes. Hay tanto odio hacia este álbum por parte de los seguidores del núcleo duro del grupo que ya es un lugar común eso de “Black and blue es el peor disco de los Stones”. Algún día dedicaremos una entrada de este blog a glosar las virtudes de Black and blue, a ver si conseguimos captar a alguno para la causa (por cierto: Carlos Tarque, voz de M Clan, me comentó hace poco que Black and blue le parecía bastante bueno). Pero vayamos a lo que tratamos hoy. ¿La pieza más lograda del álbum? Fool to cry, seguramente una de las mejores baladas del grupo, superior a la sobrevalorada Angie. Sobre todo porque el tema es, de principio a fin (y pasa de los cinco minutos), una exhibición de los dos motores de la banda. Mick Jagger ofrece su amplio muestrario: el falsete, la voz gruesa de soul, el lamento baladista… Y Keith Richards  se pasa la mayor parte de los cinco minutos fabricando unos preciosos juegos de punteos, utilizando en ocasiones el wua, wua. Es un Keith elegante, alejando de la suciedad de, por ejemplo, Brown sugar. Y luego está ese arranque al piano tan de club medio vacío a las seis de la mañana, el stoniano estribillo y una letra de tipo-duro-tierno que le va más a Richards que a Jagger. Un temón, vamos.

En esta interpretación en directo se aprecia perfectamente el brillante trabajo de Keith:

- Where the boys go, de Emotional rescue (1980)
Otro álbum altamente aprovechable este Emotional rescue. Entre sus diez canciones se incluye este rock and roll (casi punk, justo cuando este género ya comenzaba su cuesta abajo) frenético e histérico. La canción va tan acelerada que el grupo parece no controlarla. Pero ahí está el sobrio bajo de Wyman y, sobre todo, la mandona batería de Watts para controlarla. Ron y Keith van a lo suyo: trenzan acordes y punteos a discreción. Todo parece descontrolado, pero nada de eso: suena como el grupo quiere. En cuanto a la letra, es irónico escuchar al multimillonario Mick Jagger cantar eso de: “Nunca tuve dinero/ y tampoco clase”. Ja…
 

- Wanna hold you, de Undercover (1983)

Guerra total en el corazón de los Stones. Este irregular trabajo constata que Jagger y Richards estaban muy distanciados en esa época, mediados de los ochenta. Incluso parece un álbum partido en dos. Las canciones discotequeras de Mick por un lado y los rocks de Keith por el otro. Un par de años después se consumaría el divorcio, con la edición del primer disco en solitario del vocalista. Luego replicaría el guitarrista con Talk is cheap. Pero hay cosas salvables en Undercover, como este rock de Keith, que arranca con el pegajoso estribillo y se embala para goce del bando rockista de los Stones. Ni rastro de Jagger en la pieza…

- One hit (to the body), de Dirty work (1986)
Otro disco maltratado por los stonófilos, y quizá también con cierta ligereza. Tiene por lo menos media docena de canciones dignas este Dirty work, entre ellas una sugerente balada cantada por Keith Richards, Sleep tonight. Pero nos quedamos con el tema que abre el álbum, One hit (to the body). Y no por ese tibio arranque con la guitarra acústica. La canción se eleva cuando entra la corrosiva guitarra de Keith. A partir de ahí emergen los mejores Stones (al menos los de los ochenta): Jagger vociferando sobre guitarrazos del tándem Ron-Keith. Incluso los coros de “straight from the heart” resultan oportunos. Uno puede imaginar que los empujones que se propinan Jagger y Richards en el vídeo del tema son un reflejo de la greña en la que estaban metidos en esos tiempos. Los egos dándose mamporrazos…

Este es el vídeo oficial de la canción:

- Hold on to your hat, de Steel wheels (1989)
Poco debate con respecto a Steel wheels. Lo mires por arriba o por abajo, de un costado o del otro… Da igual. Estamos ante uno de los discos más flojos del grupo. A pesar de esta losa siempre se puede encontrar la esencia stones en alguna pieza. Hold on yo your hat la tiene. Es una pieza frenética, con un juguetón punteo de guitarra que se dispara durante los tres minutos y medio del tema. No es Jumpin’ Jack Flash, pero este rock and roll te recuerda que, efectivamente, los Stones estaban tocando en Steel wheels.

 

- Moon is up, de Voodoo lounge (1994)
Seguimos en el periodo oscuro del grupo. Un álbum extenso (más de 60 minutos), con abundante relleno, compuesto básicamente por rockanroles rutinarios, medios tiempos olvidables y baladas sin gancho. Son los Stones de baja intensidad. Se salva este Moon is up, un tema con aspiraciones experimentales, de instrumentación tan austera como extraña y de estructura original. Trabajado un poco más y con alguna sustancia alucinógena flotando en el ambiente hasta podría haber formado parte de Their Satanic Majesties Request. Claro, que aquellos eran los sesenta…

- Anybody seen my baby?, de Bridges to Babylon (1997)
Dato: cuando le preguntas a Manolo García cuáles son sus mejores canciones de los Rolling Stones cita (I can’t get no) Satisfaction, Brown sugar, Angie y ¡Anybody seen my baby?! Este tema es el que tiró de Bridges to Babylon, y se trata de una canción básicamente de Jagger. Está bastante bien este medio tiempo, en un álbum que recupera el tono en los temas fieros (el arranque del álbum con Flip the switch), los reggaes de Richards (You don’t have to mean it) y algún pasaje relajado relevante. Por cierto, si la memoria no me falla, este es el disco de los Stones en el que Keith canta más canciones: hasta tres.

Delicioso el vídeo oficial de la canción, ese local tan decadente con Ronnie como maestro de ceremonias. Le pega mucho:

 

- She saw me coming, de A bigger bang (2005)
Estamos ante el mejor disco de los Rolling Stones desde… seguramente desde Tattoo you (1981). O sea, su obra más aprovechable en 24 años. No está mal, pero palidece al lado de sus grandes obras de los sesenta y setenta. She saw me coming arranca con un poderoso riff de Keith y se desarrolla con ese ritmo trotón de los mejores medios tiempos del grupo. No llega al nivel de obras maravillosas como Honky tonk women ni Tumbling dice, pero simula el estilo. Otra curiosidad de la canción es que Jagger arranca cantando directamente con el estribillo, y si éste es bueno (como es el caso) la canción camina sobre base sólida.  

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